martes, 9 de octubre de 2012

Los del medio


Por Lucho Peralta

De pibe no entendía. Si éramos todos iguales, todos argentinos ¿Por qué no nos uníamos para estar mejor? ¿Tan difícil es aunar esfuerzos, tirar para el mismo lado? – pensaba. Capaz, si ayudamos a los pobres a no ser tan pobres todos estaríamos un poco mejor – pero no entendía, y eso que me esforzaba en hacerlo, pero no entendía.

Eran tiempos de la Alianza y yo sabía -si que sabia- si había algo en lo que todos estábamos de acuerdo era en que los malos eran los peronistas. Y eso que sabía que papá era peronista, pero….no sé, era de otros peronistas.
Las cosas no andaban bien, yo pensaba, miraba la tele y pensaba: que violento que es todo en Buenos Aires, cuántas muertes, que lejos. Parecía una película, como….como una película de ficción. Pasaban cosas que acá, en el barrio, nunca. 

Y me acuerdo, de esto si me acuerdo patente, no me pregunten por qué pero todas las noches antes de dormir, me acostaba, pensaba en mi abuelo, en que se iba a morir, y rezaba, como en la Lujan, como en la misa: un padre nuestro, un Ave María. Y si el momento lo ameritaba reforzaba con uno o dos más de cada uno, y por fin dormía.
Yo no entendía bien por qué, pero eran tiempos de angustia, y eso que nunca (nunca eh!) pasamos hambre en casa. Ahora creo que lo entiendo: los viejos, ellos eran los angustiados y de alguna u otra manera nos contagiaban de su angustia. ¡Claro era eso! Pero…no era solo una cuestión de plata, yo me acuerdo, era más que eso. Mira que mis viejos están pagando créditos desde que tengo uso de razón, pero en esas épocas no era solo una cuestión de plata, era otra cosa…

- Pa ¿me das 10 federales para salir? Abuela… ¿tenés algo de plata para salir con los gurises?

En las ciudades como Gualeguaychú, donde hay mucha clase media, donde las diferencias socioeconómicas no son tan grandes, la idea de “gurí” o de “gente” o de “chicos” o de “pobreza” o de lo que sea, son siempre más homogéneas. Porque las diferencias no son tantas; porque los gustos no son tan diferentes; porque las expectativas son parecidas.

Pero….el problema no era la plata.
Yo tenía un compañerito en la escuela Rocamora (¿se preguntaron alguna vez quien fue Rocamora mis compañeritos de la primaria?) que todos los días, de lunes a viernes, los papás le daban cincuenta centavos de peso (entiéndase cincuenta-centavos-de-dólar) para gastar en el kiosco de la escuela. ¡Todos los días! Yo lo envidiaba, ¡sabés qué! Me mordía el labio de abajo y sonreía…de solo imaginarlo: ¡cincuenta centavos todos los días para el kiosco! pero… no se podía y lo entendía, no era complicado, sabía que éramos tres y si mamá tenía que darnos cincuenta centavos de dólar a cada uno todos los días, ¡era un peso con cincuenta por día! ¡No no, no se puede! Entendía. Casi siempre, entendía.


Pero el problema no era la plata.
El problema no era ni la plata, ni la familia, mucho menos el futbol.

- qué piernas de futbolistas tiene el morocho….
- Si, este es el del medio, le hace al futbol
- El único que no te salió músico
- Viste… es el que nos va a salvar a todos – reían.

Mi papá siempre repetía lo mismo. Es que en el país de entonces o eras futbolista y te salvabas de los padecimientos de la mayoría o padecías con la mayoría, no había mucha vuelta. Yo no entendía mucho de eso, jugaba al futbol, como todos.

- ¿Pa tenés cinco pesos?
-…
- Dale… te lavo el auto.
- Bueno, pero por dentro y por fuera.
- ¡Dale!

Con el tiempo las cosas empezaron a andar mejor. Mi hermano se pudo ir a estudiar a Buenos Aires – porque aparte de atender en Buenos Aires, Dios hizo una Universidad ahí, en Buenos Aires, y mis papás querían que sus hijos estudien, ¿y qué mejor lugar para estudiar que en una universidad echa por Dios?

El país andaba mejor, decían. No sé, en casa nunca falto nada, pero nunca sobró tampoco. Ni antes ni ahora. Pero… todos andábamos un poco mejor, la gente parecía un poco más esperanzada. Yo ya no rezaba todas las noches, ¿para qué? Si sabía que el año siguiente me iba a Buenos Aires a estudiar en la universidad de Dios, para qué le voy a andar pidiendo desde acá. En mi abuelo si seguía pensando: se va a morir, está viejo y se va a morir. Y me angustiaba, pero no tanto como antes.

- Señores dejo todo, me voy a ver al juve, porque los jugadores me van a demostrar, que salen a ganar, quieren salir campeón, que lo llevan adentro, como lo llevo yo.

Cómo me gustaba ir a la cancha todos los domingos. Iba siempre, a todos lados, como los verdaderos hinchas, cueste lo que cueste porque lo importante son los colores. Lo importante en este mundo deben ser, más allá de todo, los colores.

Después si, por fin me fui para Buenos Aires. La casa de Dios no era muy linda que digamos: mucho cartel político, paredes viejas y ascensores rotos. - en fin, así debía ser el Dios Argentino.

Y la plata no era el problema.
Seguía sin entender por qué nos costaba tanto tirar para el mismo lado. Por qué había tanta gente durmiendo en las calles: sucias, como las calles; grises…como las calles.
Ya no iba más a la cancha, me tenía loco eso de no entender por qué no nos entendíamos. Por qué razón todos tirábamos para lados diferentes; por qué seguíamos sin juntarnos. 
Y no fue nada fácil entenderlo. Un profesor siempre decía: no existen soluciones sencillas para problemas complejos. Y mira qué compleja resultan las diferencias: rico-pobre; rubio-negro; asfalto-barro; lindo-feo; gordo-flaco; suave-áspero. Y Sigo: alto-bajo; claro-oscuro; inglés-español; español-inglés; Europa-Argentina; Capital- interior; centro-suburbio; auto-bicicleta; asado-fideo; fideo, arroz y contigo pan y cebolla.

Pero un día, ya en la casa de Dios, conocí a Carlitos. Un tipo macanudo, con barba de copo de nieve y mirada de procer de aula de 5to grado. Al principio no me cayó muy bien, no le entendía cuando trataba de explicarme, cuando le preguntaba por qué no nos ponemos de acuerdo los argentinos.
Y no lo escuchaba…..él insistía, parecía convencido de lo que me decía pero yo no le entendía.

- no tiene que ser taaan difícil. Si les dan más trabajo a los pobres, todos vamos a estar mejor.

Los problemas complejos nunca tienen soluciones sencillas.
Un día conversando con Carlitos me explico fácil y entendí – ¡qué alegría cuando entendí! Me dijo Carlitos:

- En el mundo hay ricos y pobres. Los ricos son ricos porque los pobres son pobres.

Claaaaaro…ahora sí había entendido. No iba a ser fácil hacer que los pobres sean menos pobres. Había que sacarles a los ricos. Era eso de repartir la torta, ahora entendía.

- ¿Y con los que quedan en el medio Carlitos? ¿Cómo se hace?
- no es fácil…
- pero… ¿cómo hacemos?
- Los del medio quieren ser ricos, pero…son muy pobres para ser ricos y muy ricos para ser pobres.
- ¿Entonces?
- Entonces…no sé. Pensá en vos. Vos… sos de los del medio, ¿o no?
- si….se podría decir que sí.
- Y decime, ¿estás dispuesto a perder un poco para que otros tengan un poco más?
- No sé. Decirlo es re fácil, pero del dicho al hecho….

Desde que lo conocí a Carlitos no volví a rezar nunca más. Las cosas están mucho mejor ahora. Mi hermano se fue a recorrer un cacho de mundo y el otro se está por recibir, en la casa de Dios, como yo. A la cancha voy cada vez que puedo y ya no pienso más en que mi abuelo se va a morir, el viejo nos viene jodiendo hace años con eso de la muerte y que se yo cuanto. Mis viejos…mis viejos siguen pagando cuentas. Y con Carlitos nos hicimos inseparables, es un tipaso, cuando no entiendo algo, el siempre, siempre me lo explica fácil y entiendo.

Las cosas están mejor, aunque quilombos hay, miles. Algunos pobres son menos pobres aunque no creo que algunos ricos sean menos ricos, no sé. Los del medio acá seguimos, en el medio. Pensamos, siempre, que los problemas son problemas de plata, aunque, como siempre, me parece, los problemas no son solo de plata.

martes, 4 de septiembre de 2012

Encerrona

Por Fer Irigoyen.

¿Qué? ¿Con qué?
Si no podes,
¿De quién? ¿A quién?
Si no hay porque.

 Y si, ¿qué te voy a explicar?
¿A puto? Histérico, capaz.
Si buscas, no encontrás.  Y será… ¿por qué será?
Si salís para acá, es porque no sabes para donde disparar.
Es como que no encontras algo que ni siquiera sabes que buscas. O peor aún, no sabes bien que es lo que buscas.
¿Y si puede ponerse peor? Si, capaz. Saber que, lo que buscas, no existe y no esta.

Y sí, te ilusionas. Con cualquier reflejo te ilusionas, casi sabiendo que no es real.
¿Y por qué? Porque te contaron que era así, que existía y que era así.
¡Vos lo viste y lo viviste, y es así! … ¡pasa así!

Pero no te pasa, y te lo decís. Y no entendes si es de sí o para sí.
Pero sabes que de por sí no se va a dar. Y si buscas ¿En que buscas?
Y bronca, mucha bronca te da. Pero… ¿con quién?
Es más fácil cuando va dirigida. Todo es más fácil con su destino.

Y como todo es más fácil con qué y a quién,
Sólo te queda algo más difícil o ninguna.

viernes, 4 de noviembre de 2011

La histeria que nos parió

Por Facundo Riera


Si el mundo no rotase, si estuviese estático y no en continuo movimiento, girando; pues allí y solo allí no tenga lugar la palabra “pero”. No haría falta. Estaríamos todos de acuerdo, aburridísimos, pero de acuerdo. No habría discusión, posición ni oposición.

Pero al parecer el mundo gira, lamentablemente hacia la “derecha”. Entonces discutimos, no nos ponemos de acuerdo, tratamos de no coincidir inclusive cuando “casi” lo estamos. Entonces decidimos utilizar de comodín, el “pero”. Esta palabra es utilizada por absolutamente todo el mundo, pero existe un sector de la sociedad que la lleva incrustada en la frente, en la cartera de la dama y en el bolsillo del caballero. Ese sector es el burgués (por definirlo de alguna manera). Esperen y no se exasperen.

Al “pero” lo invento un burgués para poder seguir siendo burgués, para que nada ni nadie le cambie su cómoda vida. Es inconformista por naturaleza, en él reina el “pero”. No los culpo, somos hijos de un sistema que nos ha hecho inconformistas. ¿No es el sistema, acaso, el que nos dice que tenemos que aspirar siempre a más? El último celular, el mejor auto, ser el más inteligente de la oficina y en una de esas hasta el mas lindo, acostarse con las mujeres más lindas. Pero jamás nunca conformarnos, el conformismo es un hilo muy delgado que muchas veces puede ser interpretado como fracaso.

Pregunten a algún opositor razonable del gobierno lo que piensa de este gobierno. Y seguramente éste reconocerá cosas buenas hasta que esperadamente introduce la palabra “pero” seguida de alguna oración como: “son amigos de Menem” o “son iguales de corruptos que los otros”. Porque necesitan encontrar el defecto, si no lo encontrasen se tendrían que definir y eso acarrea mucha responsabilidad amigos.

Y miren qué este comportamiento no obedece al nivel intelectual o religiosos ¡eh! Existen intelectuales como escritores o artistas de altísima calidad que coinciden en este discurso burgués. Este comportamiento, más bien, es común denominador de la clase acomodada. La clase baja, en cambio, no le interesa ese “pero”, porque no puede, no tiene tiempo para pequeñeces porque hay que llenar la olla, llegar al infinito fin de mes, trabajar, mandar los pibes a la escuela. Entonces, a sabiendas o no, se juegan. Se conforman.

No pueden darse el lujo de adoptar el “pero”como discurso, porque ese pero obstruye la asignación universal para que su hijo vaya a la escuela. Ese pero evita que peones rurales que nunca tuvieron aportes, hoy puedan estar jubilados. El burgués puede porque no necesita nada del estado, entonces lo critica aun cuando sea el mejor gobierno de la historia. Aun cuando se distancien de Menem. Aun cuando las retenciones a la soja desaparezcan.

El burgués jamás en su vida se va a definir por un gobierno popular, porque es esclavo del “pero” y la comodidad, que quizás sea lo mismo. Y ojo que no estoy hablando de un fanatismo ciego hacia el gobierno. Simplemente apoyar decisiones razonables con las que nos sentimos identificados, dejando razonablemente de lado, aquellas con las cuales no, pero de seguro tirando todos para el mismo lado.

Pero el burgués, comido y cómodo en su casa leyendo un libro a la luz de la estufa hogar una tarde de gris invierno, con mucha cautela, prefiere la crítica. A él no lo embaucan.

En cambio, los de la clase media baja tenemos tantos defectos, que nos asusta la sola idea de enumerarlos: el egoísmo, por ejemplo, es uno de los cuales espero algún día poder liberarme por completo. Otro de mis grandes defectos: los prejuicios, podría escribir un libro con todos mis prejuicios. Son tantos mis “peros”.

Un niño de una familia acomodada desde niño ya comienza, sin saber, a formar su carácter. Le regalan para su cumpleaños la pelota del último mundial y dirá algo así como: gracias, “pero” yo quería un auto a control remoto, porque en realidad lo quería. Igualmente jugará con la pelota hasta que finalmente, de alguna u otra manera se termina haciendo del autito.

El niño de una familia desacomodada, si le regalan la última pelota del mundial, será tanta su algarabía, dará tantos gracias que perderá la cuenta. No conoce el “pero”.

De adolescente, el acomodado querrá la universidad que sus acomodados amigos escojan. Su padre le dirá que va a ir a la universidad del estado y este dirá algo así como: “pero” yo quiero ir a la que van mis amigos. Hasta que se sale con la suya.

El adolescente económicamente incompleto, si quiere estudiar y sus padres se lo permiten, estará tan contento como la vez que le regalaron la pelota del mundial.

Y de adultos ya: el acomodado dirá buen gobierno “pero”. Y he aquí un problemon, porque ya no se trata de cambiar la pelota o la Universidad que le gusta. Es un Gobierno carajo.

En cambio el luchador incansable, el que continúa sin acomodarse, el que se levanta a trabajar con sus manos, “la fuerza de trabajo” dirá: este gobierno ha dado mucho al pueblo y por eso lo banco, no me importan los “peros”.

Entonces estoy en condiciones de pensar que dentro del discurso burgués, existen dos tipos de burgueses: los que realmente no ven bien que un gobierno tenga defectos, aun cuando tenga más virtudes que defectos. Porque para ellos la ética está ante y por sobre todo. Lo que me parece bien, siempre y cuando la prueba esté en que “su forma de actuar en la vida coincida con lo que dicen”. Me temo que son los menos (ven, ya estoy prejuzgando).

Y por otro lado, la peor calaña, el hipócrita burgués: el que se enfada por que el gobierno subsidia haraganes, pero evade impuestos y jamás de los jamases le daría trabajo a una persona mal vestida, con agujeros en sus ropas, de aspecto cansino y descuidado o que vive en una villa. Es decir: que su forma de actuar en la vida no coincide con lo que dice: Biolcati (nuevamente prejuzgando, pero así soy yo, defectuoso, resentido con sentido).

Entiéndase este ensayo como una crítica a mi histérica sociedad mas que una defensa al gobierno de turno, ya que éste se defiende solo, y lo hace muy bien por cierto, y créanme que no tanto por su capacidad de defensa, sino mas bien por la incapacidad de sus opositores, a excepción de Hermes Binner, a la hora de plantear un proyecto alternativo.

Lo que trato aquí es de encontrar repuestas a las preguntas que nos hacemos acerca de las personas con quienes compartimos este país, personas que seguirán aquí cuando este gobierno haya pasado. Personas que seguramente serian opositores de Binner si este sería el presidente. Personas que no logran exponer claramente sus discursos y me confunden, me quitan el sueño con sus clavos en mi almohada, me salan la tierra que beso cada mañana. Hablando de amor cuando jamás lo han sentido. Hablando de política cuando jamás se han detenido a pensar minuciosa y seriamente la misma.

En fin, la histeria que colma nuestras vidas.

martes, 20 de septiembre de 2011

Lo que sabemos

Personalmente no puedo pasar por el mundo sin entender algunas cosas y emitir mis opiniones sobre tales cosas, procurando deducirlas, y sobre todo cuando es de tan alto nivel delictivo, y cuando, además, hay políticos inmersos.

Las cárceles argentinas atestan de personas privadas de su libertad física, presos o reclusos para el común de la gente. Aquellos que no tienen el suficiente dinero para pagar un buen abogado y librarse del delito menor que sean que hallan cometido.

Pero todo aquel que tenga el dinero necesario para comprar los honorarios de un abogado como Cúneo Libarona puede dormir tranquilo. Enserio: puede salir de un puterío con una pendeja de 17, subirse a su auto alemán y correr las calles céntricas a 120 kilómetros por hora, llevar medio kilo de cocaína en la guantera, al lado de la 45, cruzar un semáforo en rojo, chocar y matar a un transeúnte además de su propia acompañante; que caiga la poli y éste, totalmente alcoholizado, le vomite las pilchas, todo esto sin carné y con el seguro vencido.

Ahora, si no tienes dinero, si además cometiste el grave error u horror de haber nacido morocho, llevar campera con capucha, no tener trabajo, o peor aún, un trabajo socialmente no reconocido, no llevar ropas sanas y elegantes; sin importar que nunca le hayas jodido la vida a nadie, pues entonces las probabilidades de zafar de la cárcel, en caso de ser sospechoso, quedan reducidas a la libre y mera interpretación de la justicia. Pero no del Derecho, que suele decirnos hasta el hartazgo que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Pero quizás para la justicia un pobre no es persona y, por lo tanto, no lo ampara el principio de inocencia del cual sí se beneficio Carlos Menem (ex Presidente), Emir Yoma (ex asesor), Oscar Camilión (ex ministro de defensa) y otros 14 “ex” mas hasta que antes de ayer la magnánima justicia argentina los absolvió de todos los cargos que fueron acusados por el dudoso proceder a mediados de la década del 90.

Pero lo que poderosamente me indigna de esto es que se comprobó que efectivamente se envió mas de 6.500 Kg. de material bélico (armas y municiones de todo tipo) a dos países que se encontraban en guerra por aquel entonces (1991-95), donde había una restricción de naciones unidas para que estos no recibieran material armamentístico.

Un destino era Croacia, país que se hallaba en guerra de independencia contra la ex-Yugoslavia, disputa conocida como la guerra de los Balcanes y donde se cometieron graves violaciones a los derechos humanos, miles de mujeres violadas y embarazadas por soldados serbios, y todo esto hace menos de 20 años.

El otro destino fue Ecuador, quien se encontraba en conflicto con Perú por cuestiones limítrofes sobre la Amazonia, el mismo que duro hasta bien entrado el año 1997.

Estuve esperando este fallo largo rato, sin necesariamente dejar de “vivir” en ese proceso, pero cuando leía algo en los diarios referido al tema hacía principal hincapié en ello, siempre alarmante. Estoy seguro que no soy el único al que esto le concierne. Este interés me ha llevado a compartir lo que pienso porque lo necesito. Porque indefectiblemente “sé algo”, que ayer no sabía. Que pude haber intuido, pero sin pruebas, hoy las tengo.

Sobre esto quiero hablar, sobre lo que sabemos. He aquí la pregunta animal: ¿qué hacemos con lo que sabemos? Hace unos años atrás cuando todavía no estábamos completamente sumergidos en la era de la comunicación e información era de esperar que no nos revelemos, que no exijamos cosas, que no incendiemos el congreso, porque no sabíamos. Hoy si. Hoy, un usuario común de Internet tiene acceso a información de altísima calidad, sabemos un montón de cosas que antes no se sabían. Hoy sabemos en un ápice lo que esta ocurriendo en las calles de Roma, con imágenes satelitales en vivo. WikiLeaks es un vivo ejemplo de lo que digo, ha brindado información con sobradas pruebas al mundo entero acerca de quiénes son los malos y por qué son malos, acerca de esos que teníamos sospechas, conjeturas, pero difícilmente pruebas. Está perfecto, me pone realmente contento que sirva para eso. Pero la pregunta que no puedo evitar hacerme una y otra vez en mi cabeza, la pregunta que me acosa constantemente es: ¿Qué hacemos con lo que sabemos? ¿Cómo podemos continuar una vida normal con todo esto que sabemos? ¿Cómo puedo ir a una iglesia luego de lo que sé acerca de ella? ¿Cómo podemos levantarnos cada mañana para ir a un trabajo donde los principios que uno posee, tienen que ser relegados?

¿Como podemos comprar y leer el diario clarín con todo lo que sabemos acerca de su dueña? Y no estoy haciendo proselitismo político, estoy hablando del comportamiento inentendible de personas dentro de una sociedad que saben lo que saben y les importa tres carajos, y son muchos, que hace algunos años atrás se los podría haber cuestionado por desinformados, pero hoy ya no, hoy me animo acusarlos de inconmovibles, adictos a la morfina que poco a poco nos adormece. No quiero que voten a Cristina Fernandez, quiero que seamos responsables con un medio que cuando Cristina ya no este, seguramente valla a continuar.

Realmente espero que se entienda lo que estoy proponiendo, ya que no es mi intención hacer propaganda política.

Hoy sabemos que el planeta agoniza, podemos observar a través de páginas de Internet constantemente actualizadas, las manchas de polución. Sabemos que le hemos robado porciones gigantescas de tierras a nuestros originarios, y que hoy son grandes estancias de reconocidos hacendados. Estamos viendo a sabiendas nuestra cuenta regresiva como especie humana y qué hacemos con lo que sabemos.

Hoy se que Menem anda libre, y también se que Menem es culpable. Hoy se que perejiles se comen meses y hasta años en cana por fumar marihuana. Por robar una zapatillas, un celular, o una gallina vas preso y vas a compartir pabellón con violadores de la peor estirpe, asesinos irrecuperables que ni siquiera mataron por amor, que degollan a una persona con la misma inmutabilidad que un cazador lo hace con su presa.

No quiero politizar el fallo hacia Menem porque realmente no creo que esto haya que politizarlo. Porque este hombre es lisa y llanamente un delincuente de la peor calaña, que arruino un país. Que llevó, indirectamente, a la muerte de muchos ciudadanos: que primero los dejó sin trabajo, que luego los enfermó; que expulsó a sus hijos del país, que los hizo pasar hambre, que extrañaron hasta las lágrimas a su patria y a sus familias, que originó disputas familiares donde nunca las hubo, que nos embruteció, que nos enseñó a odiar. Que hoy quieren acercarlo al Kirchnerismo para de esa forma manchar un gobierno que algún otro día analizare, porque prometí no hacer apología.

Sabemos que los canas roban y matan personas inocentes, los curas violan niños indefensos. Los ejércitos en guerras matan a niños definitivamente inocentes; las clases medias que quieren ser altas odian los niños y los quieren presos aun siendo menores, aun siendo inocentes. Los ingleses continúan pidiendo en su himno que “Dios salve a su reina” mientras que su majestad les exprime los bolsillos, los expulsa de sus trabajos y los reprime cuando estos se manifiestan. La clase alta es la mayor ladrona (y no evasora) de impuestos en el mundo entero. La crisis en EE.UU ha sido amortiguada con dinero proveniente del narcotráfico y la trata de personas. En las cajas fuertes de los bancos duermen joyas que han costado sangre humana. Y la lista de cosas que sabemos, al igual que el universo y la estupidez humana, sería infinita, pero de nada serviría porque igualmente no sabríamos qué hacer con ello. A lo sumo enviamos esos pensamientos que nos abruman a una parte del inconciente para que allí descansen y no molesten, una especie de papelera de reciclaje que nos permite continuar con nuestras vidas sin revelarnos. Completamente anestesiados.

Hoy sabemos, pero: “qué hacemos con lo que sabemos”.


Facundo Riera


Tus canciones, dijo él,

No se entienden y complican más sin alterar

Un mundo que no va a cambiar

Lo mire y le contesté

Que yo escribo en el aire que no puedo hallar

Que no nos dejan respirar

“Bajo el agua” (Shaila)

jueves, 11 de agosto de 2011

Quiero ser responsable

Honestamente, hay maneras de razonar ciertos temas, que no entiendo. Es algo raro esto que me pasa a la hora de ponerme a escribir sobre temas de los que no soy un especialista (nada más lejos de hecho, no me especializo en nada), pero hay actitudes que me empujan a hacerlo y elijo hacerlo gráficamente. Porque si expreso lo que pienso, dialogándolo con personas de cualquier ámbito, clase social, edades o lo que sea, termino más confundido, mas indignado e incluso hasta decepcionado. Tal ves, por este medio, y creo que por esto lo elijo, no me encuentro con respuestas poco razonables o como se puede decir vulgarmente “respuestas rebuscadas”, para justificar lo injustificable.

Ahora sí, después de esta pedante introducción, me voy a referir al título de esta nota.

¿En que Era estamos? ¿En la “Era de la comunicación”? ¿O ya pasó y no me di cuenta? Va todo muy rápido y nunca me caractericé por ser veloz en nada. Tengo que ser honesto y decir que no lo se, y no voy a averiguarlo, me da lo mismo.

En estos tiempos en que estamos comunicados y al tanto de todo, al instante que suceden las cosas, las redes sociales se han convertido en una herramienta más que tenemos como medio de comunicación masivo…a esta altura, masivo. Y eso es muy bueno, porque se expresan muchos puntos de vista, de distintos temas y de miles de personas, de individuos, de ciudadanos comunes y corrientes, de distinta escala social, como vos y yo. En donde no existen los puntos de vista intencionales o tendenciosos por corporaciones privadas o por programas de TV oficialistas, no. Yo creo que en las redes sociales, uno escribe o publica lo que siente en ese momento; subimos fotos, lo que le paso el día anterior, lo que tiene pensado hacer mañana, felicitar a alguien por algo, saludar a gente en su cumpleaños y más de estas cosas que son, hasta ahí, irrelevantes pero entretenidas.

El que esta de moda, el que uso y al que me voy a referir (ya se habrán dado cuenta) es el mismísimo “Facebook”. Pero quiero dejar de lado el gran abanico de publicaciones y acciones que se pueden hacer y detenerme en el lado político que muchos usuarios de esta red dejan de manifiesto.

Las personas que me conocen estarán pensando “¿de política, quiere hablar este?” “Este “facho” o “milico” no puede expresarse de política, justamente el, nooo…”.

Jaja…Si. Así es. Hice las paces con esta democracia recién nacida, deje de lado muchos prejuicios y mi entorno me ayudo a empezar a abrir un poco mi cabeza, a tratar de ser objetivo. Estoy en esa transición que, para mí, no es nada fácil. Pero no me quedo otra, no podía ser un retrogrado toda la vida y menos aún, teniendo una hija de 10 años.

Quiero lo mejor para ella y su generación, y entiendo que mi generación está viviendo un cambio que puede marcar su futuro, para bien o para retroceder y cometer los mismos errores, que mis padres (y los tuyos) no lograron ver.”Uno no se mete en política, la política decididamente, se mete en uno”. Frase que cito un amigo y que es más que interesante.

Todos, de alguna manera, estamos ligados a la política, y siento que debo ser muy responsable de formar parte “pasiva” de ella, como votante.

Volviendo a la red social que hice mención, he visto con cierto desagrado, una publicación que dice, textualmente, así:

“ Vas a tener relaciones? El Gobierno te da los forros.
Ya las tuviste? Te dan la píldora del día después.
Tuviste al niño? Te regalan $180 por chico.
No te gusta trabajar? Te dan algún plan de subsistencia a cambio de un
voto. AHORA SI QUERÉS PROBAR CON ESTUDIAR, TRABAJAR, PRODUCIR, EL GOBIERNO TE SUBE LOS IMPUESTOS PARA PAGAR LO ANTERIOR!
Pónelo en tu muro si estás cansado de todo esto. Dejen de criar vagos.”

Da para pensar ¿no? Aclaremos algo antes de arrancar: no soy Kichnerista, oficialista, K, ni nada que me lleve a ningún extremo. Simplemente, trato de ser objetivo y responsable. Responsable.

Como este tipo de publicaciones no las entiendo, me empiezan a brotar ciertas preguntas.

¿Esta mal que el Estado provea u ofrezca preservativos a los hombres que pretenden cuidarse de enfermedades venéreas o incluso, prevenir embarazos no deseados, a la hora de tener relaciones casuales? Porque si, doña, existen y siempre existieron las “relaciones casuales” o encamadas, como a usted le guste. Esto golpea y muy fuerte a las clases sociales mas relegadas. Por la falta de educación, información y por el elevado grado de ignorancia, a la que los sometieron algunos gobiernos pasados que pretendían, anhelaban y hasta necesitaban una sociedad ignorante. Pero no, yo debo ser responsable y por eso quiero que con dinero de mis impuestos “les regalen forros a estos vagos” y de paso, les expliquen como usarlos y que función cumplen. Me parece correcto.

Pero ¿qué pasa? Las personas de clase baja, muy baja y, a veces, no tan bajas (ojo), que no son consientes de algunas consecuencias, se deben someter a la famosa “pastilla del día después”. A la mujer que se compra la pastilla del día después en Farmacity, no se la señala. Pero a la adolescente, que no tiene recursos, que no tiene conciencia, que no tiene idea de lo que es una relación sexual y su padrastro la violo, o su noviecito la forzó por primera vez, resulta ser que esta queriendo traer al mundo, un hijo para hacerse de ¿$180? O mejor aún, que sean dos y que se lleve $360.Las personas que tenemos la bendición de tener un hijo o simplemente las personas que tienen 2 dedos de frente, saben a la perfección que no es negocio buscar un hijo para que el estado te tire una migaja. No lo podes mantener con ese dinero. Yo, y esto es una opinión muy personal, creo que ese dinero es una forma de pedir disculpas: "Sepan disculparnos, como sociedad, por no velar por su formación e información, por no enseñarles Educación Sexual en las escuelas durante tanto tiempo, por no estar presentes como ciudadano y exigirle al estado que se plante ante la iglesia, mucho tiempo antes y permita llevar adelante, medidas de prevención, desde la escuela primaria, en ves de atrasar". Si, dije atrasar, creo en Dios, a veces le rezo y me la paso pidiéndole cosas pero la Iglesia atrasa. Mis disculpas si alguien se siente ofendido. Estas “vagas que se llenan de hijos para hacer negocio” son, y lo repito, consecuencia, y ninguno de nosotros deja de ser responsable, como sociedad y/o como gobierno.

Lo oración que sigue, en esa publicación que anda dando vueltas es, “no te gusta trabajar?”, te dan algún plan de subsistencia por un voto”. Si, existen. Es un hecho que existe gente así, pero seria reiterativo volver a decirles quienes somos los responsables. Preferiría detenerme y preguntarme, ¿será tan así? A veces dudo un poco. ¿Sabes lo que me hace dudar? Te cuento rápido, porque creo que me estoy poniendo denso: Tengo la suerte de estar al frente de un negocio que vende materiales para la construcción y estoy algo cansado de que todos los días, me caiga “un negro de mierda”¿ beneficiado?, seguramente, con algún plan, a pedir trabajo o para que lo recomiende en alguna obra en construcción, y así poder hacer una changa para cenar a la noche, con sus 6 “hijos/plan del estado” ($180x6=$1080). No me cierra el tema, pero confío en que, si te detenes a pensar, podes sacar tus conclusiones, de manera, un poco más responsable a la que te quieren vender. Quisiera yo saber, el porcentaje de “haraganes” que hay en las Cámaras de Diputados y Senadores, en las decenas de Secretarias, Gabinetes, Municipios, Sindicalistas etc, etc, etc, y a estos, poder compararlos con la cantidad de “negros haraganes” que hay en cualquier barrio carenciado de tu ciudad. Te podes llegar a sorprender de los resultados.

Lo que sigue en la publicación “SI QUERES ESTUDIAR…”, (lean arriba, me canse de escribir y tengo sueño), en algo, aunque parezca mentira, estoy totalmente de acuerdo.

Los impuestos son altos. A mi criterio, son altos. Tal ves si los comparamos con otros países como Inglaterra o EEUU, no son tan altos, pero estos “ejemplos” a seguir, ya no son parámetro de nada. Sus economías se caen mas rápido que la tanga de Juanita Viale ( ja..quería poner eso en alguna parte).

Y culmina con, “pónelo en tu muro, si estas cansado de todo esto. Dejen de criar vagos”. ¡Aja! Yo me pregunto ahora, ¿que alternativa me das? ¿Acaso estas seguro de que Macri o De Narváez y sus secuaces bajarían los impuestos? A mi no me parece. Es más, me animaría a decirte que me los subirían y, estando en el poder, se los repartirían entre sus empresarios amigos. ¿O ya nos olvidamos como se repartía el dinero de los impuestos que pagaba tu viejo, en la década del 90?

¿Realmente crees que Lilita Carrio puede cumplir con lo que promete? Me gustaría que pruebe, al menos una de las tantas denuncias que ha hecho y no que se las lleve el viento.

¿Es una alternativa de conducción nacional, una persona que solo lo avala el apellido? Honestamente, no lo vi gobernar a Raúl, así que no puedo opinar, pero les aseguro que lo conozco más que a Ricardo (h) Alfonsín.

Llamo a la reflexión, a todos aquellos que tenemos la obligación de ir a votar, que lo hagamos de manera responsable, ya no solo tenemos que hacerlo por nosotros mismos. Me da miedo que la historia se repita y que mi hija, a los 24, 25 o 27 años, se encuentre lavando copas en algún restaurante del viejo continente.

Toto Arellano.

sábado, 30 de julio de 2011

"Reflexiones de un inconciente desvelado"

No sabemos como empezar y esto mismo ya es el comienzo. El desconocimiento no es sinónimo de irrealidad; no saber algo puede a lo sumo significar, que no sabemos que lo sabemos. No importa cuánto apartemos la vista, las cosas no dejan por eso de existir.

Vivimos con la ilusión de que comandamos nuestro discurso. Somos los amos y señores de nuestro propio universo interior y no existe nada que pueda entorpecer el camino de un hombre con convicción. “Yo soy” es el principio de un sinfín de enunciados, todos destinados a reasegurar nuestra posición en el mundo. La postura de quien se cree parado en tierra firme se reduce, en última instancia, a lo que en esencia es…una postura.

La seguridad absoluta es el pedestal sobre el que se monta la arrogancia, no podemos más que ensayar respuestas, de nada nos sirve la firmeza ni el razonamiento lógico cuando de la vida se trata.

Jaques Lacan ya lo decía en uno de sus seminarios, “no se trata de comprender, se trata de concebir”. Es aquí otra dimensión de entendimiento la que propone el autor, una basada precisamente en la contradicción; se comprende en la medida en que se deja de pretender comprender.

Las estructuras mentales, tan bien alimentadas por patrones socio-culturales, se muestran renuentes a este precepto. Una especie de instinto lógico parece surgir ante cada circunstancia. Creemos tener todo resuelto, incluso antes de haber entrado en real contacto con nada. Vivimos precipitando juicios y condenas, todo nuestro entorno esta ya etiquetado de ante mano porque no soportamos vivir con la duda. Nos aterroriza pensar que puede haber algo ahí afuera que no sepamos nombrar, que no se deje ubicar en una categoría, y que en cualquier momento, y sin previo aviso, pueda aproximársenos y envolvernos en su torbellino de vaguedad.

Amantes de los contornos bien delimitados, porque se siente mas seguro, porque así ya no tenemos que ponernos a pensar que haríamos sin ellos, tanto más fácil nos resulta andar por caminos ya marcados, movernos en el mar solo hasta donde los andariveles lo indiquen.

Experimentar solo las sensaciones que, se supone, corresponden a cada evento…Podría armarse un manual, una especie de extenso reglamento donde se especifique todo los susceptible a ser vivido, en que contexto y con qué ánimos. Podemos mofarnos cuanto queramos de estas reglas, podemos incluso hacer como si no existiesen y aun así, seguirían existiendo.

Porque no se trata aquí de caer en los idealismos vanos, de creer que puede existir un mundo poblado por humanos, en donde todas las normas del aparentar no apliquen, no tengan vigencia. Se trata esencialmente, de partir de bases realistas que permitan una superación espiritual genuina. No intentar comprender, hacer a un lado la utopía de que se puede vivir al margen, e intentar mas bien trascender los juicios, atravesándolos, concibiendo su estructura interna, tomando de ellos lo que tengan de reciclable y trabajar en una elaboración propia, consciente y superadora.

Andrea Basile

sábado, 16 de julio de 2011

Mi puta tibieza


Seguramente esta imagen duela más cuando termine de contarles. Esta foto pertenece a Kevin Carter, un fotógrafo sudafricano que justamente gano el premio Pulitzer con esta foto que muestra a una desnutrida niña a punto de ser devorada por un cuervo. A él le pareció más importante mostrar al mundo la cruda realidad de África que ayudar a esa niña. Qué si lo hacía con ella también lo tenía que hacer con miles de otros que corrían la misma suerte. Fue cuestionado y juzgado por todo el mundo reportero y no tanto. Quienes lo conocieron aseguran que Carter nunca más volvió a ser el mismo luego de esa fotografía y valla que así lo fue: catorce meses después, Carter, se suicida inhalando el monóxido de carbono emitido por su automóvil mediante una manguera conectada al caño de escape.

No soy Dios, ni deseo serlo, para juzgar a este hombre, pero sí me da el pie para hablar acerca de las consecuencias que suelen traer aparejadas, el no meterse.

Hace un tiempo se dio un cambio muy, pero muy, grande en este país: que la presidenta sea eso mismo, presidenta y ya no presidente fue el primero de los pasos para un posible cambio. La muerte del ex presidente como refuerzo y presagio para dicho cambio, también. El cuestionamiento hacia los medios de comunicación fue otro, que Mirtha Legrand esté fuera de los medios, también. Que Passarella (actual presidente de River) le haya pedido la renuncia al presidente, desde hace más de 30 años, de la AFA, también. Que River se haya ido a la B, también. Que los países de Sudamérica tengamos las economías más estables del mundo, también.

(Quizás parezca gracioso que ponga en la lista de cambios, a River, a Mirtha, a Passarella, Grondona, pero suelo ver en “latele” y en el fútbol síntomas reflejos de cómo anda una sociedad, o más bien un país)

Creíamos el cambio, ya no era solo una sensación, era el olor, las ideas y las políticas hechas carne. Y muchos así lo veíamos.

Entonces seguí buscando en mí cabeza cuales pueden haber sido el o los errores de tan marcada diferencia en la derrota de Filmus y llegue a la siguiente conclusión: Mi puta tibieza, (ojo: no indiferencia). Mi templanza y la de millones do otros como yo que no tienen los cojones para definirse a favor de alguien y hacer algo para que ese alguien triunfe y de esa forma triunfemos. De muchos otros como yo que prefieren la tibieza a decir “me equivoque”. Claro: porque siendo tibio, en el caso de que Filmus se mande alguna puedo, igualmente, quedar bien parado y salir a buscar otro. Porque podría escribir haciéndome el pelotudo, como otras veces, en contra de Macri, pero hoy prefiero escribir a favor del Frente para la Victoria, prefiero quedar estigmatizado como Kirchnerista antes que un tibio cagón que pretende caer siempre bien parado en la siempre cómoda vereda del anti macrismo.

Porque si, porque me han dados motivos más que suficientes para poder desentrañar diferencias entre Pino Solanas y Cristina Fernandez.

Porque además tengo 28 años y sé que la política no siempre es tan pura como nos gustaría, como así también sé que la demagogia va de su mano. Y esto no me desilusiona, porque a diferencia de la iglesia siempre lo supe, jamás nos dijeron que la iglesia suele ser sucia pero sí la política. Entonces no tengo problemas en definirme a favor de quien creo “no lo menos peor”, sino “lo mejor” para este país y para este mundo donde pocos países han tomado conciencia del cambio que se ha dado a nivel global. No estoy hablando solamente del cambio climático, sino de los cambios en las economías. Argentina es uno de los pocos países que ha tomado conciencia de esto, de cómo debemos bien aprovechar los recursos naturales y económicos, renovables y no renovables.

Miremos Europa y veremos como todavía existen políticos imponiendo trogloditas políticas económicas que no se ajustan con la realidad.

Recuerdan qué fue lo que dijo Cristina, hace unos días, cuando anuncio a su futuro vicepresidente Amado Boudou: Dijo algo que paso desapercibido pero no para mí, dijo que Boudou es uno de los pocos que ha sabido interpretar este cambio. Inteligente hasta la médula mi presidenta.

Entonces si queremos profundizar este cambio para que ya no haya lugar a ningún Macri, metámonos, como sea, hablemos, expliquemos, desenmascarémoslos.

Por otro lado, creo, que el mundo está cambiando, hay una especie de revolución y hay que aprovecharla, ya no hay lugar para Duhalde, para Grondona, para Mirtha Legrand, para Cavallo, para Macri. Las plazas de España, Portugal y Grecia están repletas de indignados, los chilenos quieren una reforma educativa, los países árabes ya comenzaron sus rebeliones. EE.UU. ya no nos miente, porque no puede, lo único que le queda es su poderío porque la razón la perdieron hace rato, lo desenmascaramos.

Prometí no hablar mal de Macri pero a la mierda con esa imprudente idea porque quiero contar algo: Muchas veces para explicar, sin explicar, lo nefasto que es Macri, solemos recurrir a la frase “Macri es Menem” y yo quiero contar porque no creo que Macri sea igual a Menem, sino netamente superior. No solo porque Menem es pasado y Macri futuro, sino porque Menem en la década del 90 no era otra cosa que un lacayo del Rey, una persona proveniente de una familia humilde que tuvo la posibilidad de estudiar gracias a las políticas peronistas que le dieron este derecho a otras esferas sociales, el nene creció, olvido sus raíces, sus ideas y se transformo en el cipayo necesario de las grandes corporaciones multinacionales que ya habían pactado el saqueo del país con Menem como “su empleado”, y entendamos bien esto: Menem= empleado. Fíjense, los años han pasado y el poder de este hombre se ha diluido, ¿porque? Porque nunca lo tuvo, porque el poder siempre fue de sus patrones (que a lo sumo le han otorgado inmunidad para que no valla preso), el empleado no posee poder, el poder es del patrón. Y es justamente eso lo que es Macri: patrón. No recibe sueldo, posee ganancias, dividendos, lucro, inversiones. Se sienta en la mesa, como par, con quienes fueron patrones de Menem. Es más, me animo a gritar que Franco Macri fue uno de los patrones de Menem.

Cuando a Menem su padre le decía que tenía que trabajar duro para llegar a ser presidente de una empresa; a Mauricio, su padre le recomendaba que tenía que ser dueño de la misma.

Por eso estimados, ya no hay lugar para terceras posiciones, nos tenemos que decidir, la tibieza es un lujo que no nos vamos a poder dar. Hasta las pelotas con Filmus, hasta la barbas con Cristina. Porque cuando estemos nadando en mierda vamos a recordar con vehemencia lo que pudimos hacer y no lo hicimos.

En mi memoria guardo dos momentos en los que me auto cuestione ser tibio y no un ferviente kirschnerista,

La primera vez, cuando vi el libro de Luis Majul, El Dueño, acerca de (o más bien, en contra de) Néstor Kirchner, fue en una sala de estar de una oficina de un “arbolito”, en el micro centro porteño, único libro entre una decena de revistas “Noticias” y “Caras”. Para el que no sepa, en la jerga del pirata, arbolito es aquel que se dedica a comprar y vender dólares sin declaración impositiva. Esos que se paran en las puertas de las galerías sobre la calle Florida, y solapadamente pronuncian la palabra “cambio”. Actividad prohibida por la ley. (quiero decir en mi defensa, que me encontraba allí por compromiso meramente laboral y no por gusto propio)

La segunda, fue cuando vi el mismo libro sobre el torpedo de una pick up 4x4 sino nave espacial, justo al costado de una calco de una cabeza de hereford que, seguramente, debe haber tenido.

La tercera podría haber sido en la mesa de luz de Martínez de Hoz o de Menéndez. Pero me ahorro el mal paso.

Estos son los sectores que han tocado Cristina y Néstor. Y al haber tocado esos intereses, los jóvenes, y los ya no tanto, hemos sabido abandonar el limbo, hemos visto que ya no eran solamente palabras, sino actos. Dejamos de jugar escondidas para ir a ver lo que pasaba. Y adivinen qué, se nos hablo de forma tal que lo pudiésemos entender, se nos pregunto, se nos escucho, se nos mostró. En fin: se nos incluyo como lo hicieron con los jubilados, los gay, las mujeres, los trabajadores y por sobre todo: los niños, si, al fin alguien se acordó de ellos que nada tienen que ver en las malas políticas de los adultos.

Es por eso que absolutamente nadie puede negar que no sea un sistema inclusivo. Perdón, me rectifico, hay un sector que sí puede decir que este Gobierno no es inclusivo: la oposición, aquellos que justamente tuvieron, tienen y tendrán planes sistémicos exclusivos. Ellos si se pueden quejar y de hecho lo hacen. Ahora bien, yo le preguntaría a esos sectores qué van a hacer si alguna vez llegan al poder. Es decir, qué van a hacer con todos aquellos que hoy nos sentimos incluidos. Ni más ni menos que la suma de minorías que hoy somos mayoría. ¿Que van a hacer con nosotros? ¿Cómo van a hacer para acallarnos? Creen que después de esto nos vamos a volver a meter en nuestras caparazones para dejarle el país a los Duhalde, a los Macri. Porque si creen eso, no han leído historia mis estimados. Esto es el comienzo de un despertar, el amanecer de la igualdad.

Tengan miedo, por supuesto que tengan miedo todos aquellos que tengan el culo sucio, porque vamos por ustedes. Porque somos ángeles entre demonios exigiendo justicia social. Gusanos que nos introducimos donde más les duele, en sus bolsillos. Que le quitamos el sueño con solo susurrarles al oído dos palabritas: “reforma agraria”. Suden autócratas porque he aquí un ejército de bien intencionados ciudadanos que de una buena vez quieren un país para todos.

Ciudadanos que despertamos del letargo cuando Néstor ordeno al jefe del ejército que bajase los cuadros del primer y último dictador de la Junta. Porque nos encanto ver que se enjuiciaran a viejos asesinos, y ya no se los idolatrara. Y así hacer de nuestro peor defecto, nuestra mejor virtud.

Porque hicieron buenas migas con Lula, Chávez, Morales y Correa, y ya no con Bush. Porque le dieron al homo los mismos derechos que al hetero.

Porque sumaron a las minorías y ya no las restaron.

Porque por cada niño que vuelve a la escuela, nace una flor en algún lugar de mi ser

Porque pusieron en tela de juicio al sector que siempre opero en contra del país.

Porque fueron consecuentes con el campo y ya no obsecuentes.

Porque en el fondo sigo siendo un niño que requiere de héroes.

Porque la mesa donde se sientan los líderes de América ya no tiene más cabecera, ahora es redonda como la boina del Che.

Porque el ALCA significaba atraso, y la UNASUR futuro.

Porque ellos hablan de inseguridad y nosotros con mucha seguridad.

Porque hay miles de obras públicas que todos podemos ver.

Porque nos sentimos entera o medianamente representados por primera vez en nuestras enteras o medianamente vidas.

Porque vimos el infierno y no nos olvidamos.

Porque queremos igualdad, aún, en detrimento de nuestra capacidad adquisitiva.

Porque ellos hablan de crisis, cuando en realidad repudian los costes de financiar a la clase baja.

Porque la mujer, hondamente perceptiva, es luna creciente y ya no menguante.

“Es la foto más importante de mi carrera pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla, la odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niña” (Kevin Carter)

Facundo Riera