miércoles, 6 de octubre de 2010

"Con la cruz en la frente"

Me considero una persona “anti-iglesia” por decisión adulta. Aunque, en mi infancia y adolescencia, mi madre y mi abuela hayan hecho todo lo posible para que nunca deje de frecuentarlas; aunque sea para mirar los techos y la hora cada dos segundos, pero que vaya.

Asistiendo a una escuela católica, inmediatamente seguida de una enseñanza secundaria también bañada en los lazos divinos y vengativos del señor. Y, por si fuera poco, una educación teológica de 5 años en una parroquia extracurricular, para afianzar en mí al niño Jesús. Para no ser tentado por las diabluras típicas de la edad. Para desechar de cuajo esas ideas perturbatorias que comenzaban a habitar mi mente producto de precoces compañeritas con las cuales ya no quería jugar más al pinto.

En fin, para que nunca piense y vea de forma filosófica al mundo, sino siempre a través del ojo de la cerradura de la iglesia. Donde, toda duda existencial es evacuada por simplistas respuestas como: “el Señor sabe por qué hace las cosas”, “es sabio”, “todo lo ve”, “es magnánimo”, “omnipresente”, “omnipotente”, “inmenso es el amor de Dios”.

Pero lo bueno de crecer (si tiene algo de bueno), es que uno deja de ser presa fácil de los adultos que nos quieren imponer sus formas de pensar, de ver, de vivir.

Hace no mucho me cruce una gran cantidad de jóvenes arriados por sus profesores a una marcha en protesta por la ley de matrimonio civil homosexual, frente al congreso. Y la verdad que para regocijo de mis pensares, esto no hizo más que poner en evidencia la manipulación adulta sobre jóvenes a los cuales les prohíben el libre albedrío en temas tan delicados. Que quizás, ni siquiera años sino meses, puedan arrepentirse de su participación en esa quita de derechos. ¿Bajo qué derechos un adulto, le impone su pensamiento a un niño? Únicamente bajo el autoritarismo de una iglesia medieval, troglodita, mentalmente estrecha y por si fuera poco, mantenida como fruto de su improductividad (y por decreto constitucional que apresuradamente en el artículo 2 ya lo pone de manifiesto).

No puedo hacer la vista gorda ante tanta injusticia practicada por esta pandilla. No puedo tolerar ver libre al padre Grassi luego de que se haya probado que efectivamente llevó a cabo sus abusos homosexuales a jóvenes indefensos, olvidados por un estado ineficiente y raptados por una iglesia pedófila para fines sádicos. Y que, irónicamente vive frente a la fundación, riéndose en la cara de esos jóvenes que se armaron de valor para contar tales abusos. Recordándoles que aún sigue libre, qué por más que lo hayan enjuiciado y encontrado culpable, igualmente es impune. Qué quien lo avala es ni más ni menos que la Iglesia católica argentina; la misma que avaló, participó, ideó, celebró los tantos golpes militares y que no puede darse el lujo de verlo tras las rejas. Eso significaría que Grassi es culpable de todos y cada uno de los casos de abusos por los cuales la iglesia lo defendió a rajatabla.

Una iglesia incapaz de realizar un meaculpa, de pedir perdón a la sociedad por tanto daño causado.

Sociedad que por más tinellizada que se encuentre, nunca espera que dicha agresión provenga de este sector, algo jamás pensado. Pero que igualmente una vez al tanto, prefiere omitir. Hipócritas capaces de repudiar un gobierno democráticamente elegido, pero incapaz de cuestionar una iglesia impuesta.

Muchas veces me pregunto: ¿qué diría mi creyente y justa abuela, ante esto? La misma que me recordaba a Hector “Bambino” Veira como un abusador, pero que luego, la desmemoriada sociedad lo hace suyo nuevamente (si lo viera hoy, hasta tiene un libro varias veces editado). La que siempre le criticó a Maradona su falta de hombría al no reconocer su hijo. La que insultaba a Menem cada vez que este aparecía en televisión. Y la que seguramente desde donde sea que se encuentre, señala a Rodrigo “Hiena” Barrios como asesino y no como campeón de mundo.

Pero más allá de este nostálgico recuerdo personal, me es muy difícil continuar en la fe luego de que en Brasil se haya destapado la hirviente olla. Dándose a conocer “el manual para abusos sexuales” distribuidos por y entre el clero brasilero. Donde según se sabe hay más de 1.500 casos de abusos a jóvenes huérfanos. Ya que este es uno de los principios que rige a este manual: la vulnerabilidad y el desamparo de estos jóvenes, la incansable búsqueda de una figura paterna que los proteja facilitará el acercamiento a ellos, paulatinamente se irá ganando su confianza, para luego si, poder abusar.

Lo siento, pero hasta aquí llegue: no puedo compartir una sociedad con esta despreciable lacra. Preferiría convivir entre monos en la selva, donde seguramente esto no tenga lugar. Me repugna el hecho de saber que fue esta iglesia la que me bautizó, comulgó, confesó y que me hizo golpear el pecho culpándome de todas las dolencias de la sociedad. Quizás, en menor medida, sea algo así como enterarte de quien te crió, es precisamente quien te rapto. No quiero compartir nada más con ellos. Que anden sueltos y camuflados dentro de una sociedad que los reconoce y respeta me hace dar arcadas. Algo de seguro, descabellado.

No poder discutir con personas que no profesan el pensamiento propio o la razón lógica, sino únicamente lo que les dijeron que uno dijo hace miles de años a doce personas y que cada una de estas lo interpretó como les vino en gana, hace que mi intento por parlamentar este muerto antes de nacer. Es decir, el hecho de que no podamos debatir seriamente como Estado, aquello que nos acompaña como iglesia.

Seguramente se me acuse de generalizar, de meter a todos en una misma bolsa, de olvidarme de honrosos curas como el padre Mugica o los reconocidos curas villeros entre muchos otros, pero permítanme explicar algo: si sumamos todos los buenos y verdaderos curas del mundo con sus cuantitativas y cualitativas obras; pero que igualmente no son capaces de repudiar a sus depravados colegas desde dentro de la institución, si no pueden exigir la expulsión de los inescrupulosos que se camuflan de lo más preciado que tienen las personas como mis madres; pues entonces nada de esto sirve. Si ellos no piden una seria reprimenda, lamentablemente están siendo cómplices de algo injusto y como tal, no merecen mi reconocimiento.

¿No fue así el surgimiento del Protestantismo acaso? un sector de la iglesia católica apostólica romana, acaudillada por Martín Lutero, protestando contra la holgazanería e hipocresía que mantenía el vaticano. De sus intervenciones en las guerras producto de Papas guerreros -a veces-y Papas civiles también guerreros –otras- cuyos intereses escapaban a lo meramente religioso. Religión que justamente hoy día, entre otras cosas, sus clérigos pueden casarse y tener hijos. Al cambio lo hicieron ellos desde adentro.

Facundo Riera

5 comentarios:

  1. Todo bien, pero es la "famosa bolsa de gatos". Demasiadas generalidades.

    ResponderEliminar
  2. Mientras iba leyendo el artículo me iba acordando de esos padres y sus pronunciaciones a favor de la ley del del matrimonio igualitario.
    Estoy de acuerdo, en cierta medida, con "Anónimo" (mejor conocido como Seba), con que se puede caer en una generalización. Creo que no se puede juzgar a personas al mismo nivel que a la Iglesia como institución, porque en definitiva no son más que personas. Y no creo que todos los curas tengan que pagar por algunos tantos o por la Iglesia a la que, supuestamente, representan. Y, además, no estoy completamente seguro de que realmente "no repudian" el accionar de esos curas.
    En lo que si estoy totalmente de acuerdo con el autor del artículo es con su visión con respecto a la Iglesia como institución. Lógicamente es aberrante el delito que cometen estos curas (como otras personas no-curas) pero más aberrante aún, me parece el encubrimiento de la Iglesia con su famoso "decreto secreto" conocido con el nombre de "Crimen Solicitationis" (por cierto, temaso de Ska-p) o delito de solicitación.
    El link que dejo abajo es sobre un interesante documental de la BBC al respecto.

    http://www.youtube.com/watch?v=NKFrxhkeI5k

    PD: Seba, los caracteres en los comentarios gratis, te podes explayar un poco más si queres...jaja saludos

    ResponderEliminar
  3. El contador penso que los cobraban... hay que avisarle..

    ResponderEliminar
  4. Me pareció excelente el artículo... tb fui tuve una educación primaria y secundaria con orientación religiosa... y sí, me servió de algo... para darme cuenta el aparato de dominación ideológica que reproduce esta institución a través de sus prácticas!!! No nos olvidemos el papel de complicidad que tuvo frente a la última dictadura cívico-miliar... acá no hay sólo responsabilidades de las FFAA, sino tb de diversos actores sociales que la apoyaron..y la Iglesia apoyo en forma directa la desaparición de más de 30 mil personas... Por eso, "Ni perdón, ni olvido... juicio y castigo a los culpables".

    ResponderEliminar
  5. Yo soy católica, creo en Dios... un Dios al que por momentos me ha costado encontrar en la iglesia como institución, a diferencia de eso lo he encontrado en personas que si forman parte de esa iglesia, GRANDES personas...
    Por oto lado me gustaría agregar como anécdota, o mas bien como disparador, un intercambio de opiniones que tuve una vez, hace un tiempo ya con una persona incapaz de dar el brazo a torcer en cuanto a sus opiniones y capaz de discutir con seguridad que la nieve es azul el así lo cree... mi papá.
    Después de escuchar una noticia que hablaba justamente sobre un caso de abuso de parte de un "sacerdote" hacia un menor, lo que bajo ningún punto de vista es justificable y me parece una atrocidad terrible, pero el tema radicaba en que él decía que los sacerdotes como cualquier otra persona deberían poder casarse, porque esa era la naturaleza del hombre (y hoy me pregunto puntualmente a que se refirió con eso) esa fue su opinión y pensó que como de costumbre nadie iba a agregar nada... en ese momento le dije a el lo mismo que voy a intentar trasmitir en estos párrafos que quizás por necesidad empecé a escribir.
    Yo considero que ser sacerdote es una elección de vida, la cual no es impuesta por nadie. Cada uno como persona libre que es tiene la posibilidad, si así lo quisiera, de eligir esa vida, la cual lleva consigo un gran COMPROMISO, cada uno de ellos ELIGE entregarle su vida a Dios, sabe que el sacerdocio implica renunciar a ciertas cosas y dedicar plenamente su vida a esa misión. De no estar de acuerdo con eso es posible ocupar otros cargos dentro de la Iglesia que no implican el celibato. Pero a lo que voy es a que esa elección de vida como toda elección los acerca a algunas cosas y los aleja de otras... tenemos la capacidad de decidir y debemos comprometernos realmente con nuestra elección... y eso me parece fundamental, el COMPRMISO... siendo que hoy por hoy vivimos en una sociedad en donde muchas palabras que asustan por todo lo que conllevan son reemplazadas por otras mas light, donde muchos valores van siendo poco a poco olvidados o mas bien reemplazados. Y hablo del mismo compromiso que debería existir entre las personas que por el contrario eligen compartir su vida con otra, formar una familia... esas personas también eligen dejar una vida por otra, donde nada tiene sentido si ESA palabra pierde el significado.
    Lo que yo planteo es si seria lógico, ya que como existen hombres y mujeres infieles instalemos por ejemplo la poligamia para que esas personas que no entendieron el significado de COMPROMISO no se hagan mucho problema y vivan mas libremente, porque "esa es su naturaleza"??? Es lógico que adaptemos las normas para beneficiar a los que no las saben cumplir?? O lo que creo es peor eligen no cumplirlas.
    No se justifican en lo mas mínimo bajo ningún punto de vista estos casos de abuso, yo no creo que "la vida de cura" los lleve a hacer cosas como estas, estamos hablando de abusadores, y yo creo que lo seguirían siendo así fueran abogados, verduleros o albañiles, tienen que ser juzgados y pagar por lo que hicieron como cualquier otra persona que cometa la misma atrocidad. El tema es que justamente el papel de la iglesia dentro de la sociedad es otro, por todo lo que la iglesia significa, pero a mi no me consta que no haya personas dentro de la misma que no se manifiesten en contra de estos casos y de los que intentan cubrirlos, no creo que estén todos tan podridos como para pasar por alto esto. O al menos no quisiera creer eso.

    ResponderEliminar